viernes, 28 de noviembre de 2014

La evaluación. Más allá del modelo Pisa.

En el marco de la actual discusión pública sobre la educación, y con el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEEd) articulándose, comparto este trabajo académico de hace algún tiempo, pretendiendo aportar a la reflexión en torno a desde dónde y cómo se debería evaluar el trabajo en educación. Si en general podemos entender la evaluación como “los métodos utilizados para describir y diferenciar lo aprendido por los estudiantes” (Hargreaves 1998:186), consideraré también a la evaluación como los métodos y técnicas que nos permiten valorar y comprender los procesos de enseñanza y aprendizaje entre estudiantes y docentes. Ambas definiciones –no contradictorias- presentan la plasticidad operativa necesaria para el enfoque que sostengo en el presente texto. Más que por una determinada técnica de evaluación, me inclino por un proceso evaluativo que apelando a recursos teóricos y prácticos pueda dar cuenta de la complejidad de los procesos que atraviesan los estudiantes así como de los aprendizajes que se realizan. La evaluación debe ser visualizada como una nueva oportunidad de aprendizaje de la que todos los actores obtendremos inmenso rédito como personas pues apela a la responsabilidad, a la honestidad, ayudando en la construcción de una consciencia crítica y reflexiva, necesaria para todas las instancias de nuestra existencia y para un mundo mejor. Descargar el artículo.

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